lunes, 21 de diciembre de 2009

Un paseo por Marruecos

UN PASEO POR MARRUECOS


Era mucho el tiempo que llevaba dándole vueltas a eso de bajarme para Marruecos a cruzar el Atlas, pero por unas cosas o por otras no llegaba el momento. Pero hace un par de meses se presentó la oportunidad. ¿Por qué no pasar unas vacaciones navideñas un poco distintas? Hablando con mi amigo Jorge planeamos este viaje. El ya ha bajado en varias ocasiones, así que me sirve de guía para mi primera incursión (vendrán muchas más) en este magnífico país lleno de contrastes.

27 de Diciembre.- Que mejor día que el de mi cumpleaños para empezar este viaje. ¡Menudo Regalazo! Partimos sin prisas ya que tenemos todo el día para bajar desde Toledo hasta Algeciras. Aprovechamos que tenemos tiempo para bajar por carreteras comarcales y nacionales huyendo de las aburridas autovías. Llegamos con tiempo de sobra para acercarnos a sacar el billete del Ferry para el día siguiente.

28 de Diciembre.- Cogemos el primer Ferry destino Tánger. Nos avisan de que hay mala mar, y vamos si la hay. El Ferry se movía de una forma que dudábamos de que las motos estuvieran en pie cuando bajáramos a por ellas. Una vez en Tánger agilizamos los trámites aduaneros mediante la famosa “mordida” a solo hora y media de papeleos.
Nuestro destino una vez en tierras marroquíes es Midelt. La travesía de unos 500Km se hace interminable. Adelantamientos triples, taxis que adelantan sin mirar si viene alguien de frente, arcenes que no existen, y por la noche la gente en bici o en burro vestidos con ropa oscura en medio de la carretera.
Una vez en Midelt buscamos alojamiento en un hotel con muy buena pinta, pero resulta que está lleno hasta la bandera, pero nos ofrecen una alternativa curiosa. Si cenamos y desayunamos en el hotel nos dejan quedarnos a dormir en uno de los salones. El sitio tiene muy buena pinta y estamos muy cansados para buscar otra cosa. Luego nos enteramos que vamos a compartir el salón don dos italianas (Elena y Laura) que han llegado poco después que nosotros. Nos echamos unas risas con ellas y pasamos una agradable velada esperando a que nos dejen libre el salón para acomodarnos.


Una parada técnica para comprar pan y agua.
El hotel de Midelt.




29 de Diciembre.- El ajetreo del desayuno nos despierta pronto. Tras un buen desayuno continuamos ruta dirección Merzouga. Por el camino hacemos varias paradas para tomar instantáneas de esta tierra de contrastes.
Una vez hemos llegado a Merzouga probamos suerte en el Albergue de “Alí el cojo” muy frecuentado por turistas españoles. Como llegamos con tiempo aprovechamos para hacer una mini incursión en las dunas, pero las motos que llevamos junto con las ruedas mixtas (Tourance) no favorece el que nos adentremos en exceso. Tras quitarnos el mono de darnos un garbeo por las dunas, regresamos al albergue exhaustos del esfuerzo físico que requiere.
El ambiente en el albergue beréber es alucinante. Después de la cena nos sumamos a una velada auténtica de sonidos, olores e imágenes para el recuerdo.

Llegando a Ar-Rachidia


Sencillamente mágico. Cruzando por las dunas






Magnífica velada en "Alí el cojo"












30 de Diciembre.- Hoy toca la garganta del Todra y la del Dadès. En el mapa aparece una pista que une ambas gargantas y tras preguntar a Alí el cojo decidimos aventurarnos a explorarla.
De camino a la garganta del Todra pasamos por unos pueblos en los que lo único que se ve es construcciones de adobe a ambos márgenes de la carretera. Las aceras o bordillos no existen. En uno de estos pueblos vemos unos niños jugando con barro y Jorge decide parar para regalarles unos juguetes que trajo desde Toledo. De repente empiezan a aparecer niños y más niños por detrás de las piedras y acaban con todas nuestras existencias.


Subimos por la garganta del Todra. Su belleza impresiona. No extraña ver a tanto turista por estos lugares. Después de la garganta seguimos ascendiendo hasta el desvío que nos lleva a la pista que enlaza con la garganta del Dadès. En un primer intento tenemos que dar la vuelta ya que la primera pista que cogemos es intransitable para nuestras monturas. En una segunda pista parece que la cosa mejora, pero más adelante nos damos cuenta de que no vamos con las motos adecuadas para hacer esta pista.
Tardamos 4 horas en hacer 40 Kms. En rara ocasión logramos meter la segunda marcha y las piedras cada vez mas grandes nos hacen tener alguna que otra caída afortunadamente sin grandes incidentes. Eso sí, las vistas que nos regala el Atlas a mas de 2000 metros de altitud son para admirar (llegamos a los 2800). Parece que nos encontramos solos en cada parada que hacemos, pero esta es una región poblada por bereberes seminómadas que viven en las montañas y siempre acaba apareciendo alguien que nos pide algún regalo. Parece que están muy acostumbrados al paso de caravanas de todo terrenos 4x4. De hecho en algún que otro cruce nos encontramos piedras cortando el camino bueno con la intención de hacer que te pierdas, para luego acudir en tu auxilio y así ser recompensados por ello.
Llegamos al atardecer a la garganta del Dadès, que nos regala unas hermosas vistas con esa luz anaranjada. Vamos descendiendo poco a poco buscando un sitio donde dormir y encontramos un pequeño albergue bereber “Les 5 Lunes”. El recibimiento es muy acogedor y por la noche nos deleitan con otro pequeño concierto de percusión y cuerda con unos ritmos que contagian. Magnífica velada en familia aprendiendo costumbres y modos de vida de los bereberes.











31 de Diciembre.- Hoy estamos cansados de la paliza del día anterior, así que nos lo tomamos con calma. Descendemos lo que nos queda de la garganta del Dadès y nos dirigimos dirección Quarzazate. Conforme vamos llegando encontramos multitud de policías en ambos márgenes de la calzada. Luego nos enteramos que hemos coincidido con el Rey Muhammad VI que va a pasar en Quarzazate unos días. Nos cuesta encontrar hotel y al final nos alojamos en uno de 5 estrellas que deja mucho que desear. Después de un paseo por el pueblo nos vamos al hotel a cenar y a celebrar la llegada del nuevo año por el canal internacional de TVE. Aquí la Nochevieja no se celebra, así que después de los benjamines que nos metemos entre pecho y espalda traídos exprofeso nos vamos a la cama para descansar ya que mañana tenemos intención de hacer una nueva pista.



1 de Enero.- La pista que hacemos hoy une Agouin con Aoulouz atravesando el Atlas y uniendo varias aldeas. Esta pista sí que es transitable y por ella parece que circulan sin problemas todo tipo de vehículos. Son cerca de 100Kms de impresionantes vistas. Aprovechamos las aldeas que atravesamos para deshacernos de unos bolígrafos y unas libretas que llevaba para tal fin. Casi al final de la ruta paramos a comer en un bar con terraza y herrería a la vez. Pasamos un rato entrañable en compañía del herrero y su hijo que son los dueños del “negocio”.
Acabamos la jornada en un gran hotel cerca de la carretera preparado para las caravanas de autobuses de turistas, pero hoy nosotros somos los únicos inquilinos del hotel.

De Agouim a Aoulouz






El niño riéndose de nuestras monturas


2 de Enero.- Hoy la ruta es por el puerto de Tizi-n-test que lleva hasta Marrakech. Sin querer ser repetitivo, otra vez gozamos de unas vistas del alto Altas por una carretera marcada en la guía Michelín como carretera peligrosa. Las pocas gasolineras que encontramos en esta ruta no disponen de gasolina sin plomo, así que nos toca echar mano a los bidones auxiliares que llevábamos pos si las moscas. Casi llegando a Marrakech, encontramos gasolina sin plomo y como vamos bien de tiempo damos la vuelta y ascendemos, ahora sí con los depósitos llenos, hasta Imlil, una aldea en lo alto del Atlas frecuentada por turistas por su proximidad a Marrakech. Como el rollito turista no nos mola mucho, pasamos de largo la aldea y seguimos por una pista un poco más arriba hasta que la pista se hace un poco más intransitable, y allí paramos a comer.
Después de comer a los pies del Atlas nevado nos vamos a Marrakech en busca del hotel Amine, donde hemos quedado con unos amigos que vienen de Toledo a pasar unos días en Marrakech y sus alrededores. Tenemos suerte y encontramos pronto el hotel, así que después de acomodarnos nos vamos a tomar un té mientras esperamos que lleguen nuestros amigos desde el aeropuerto. Esa noche aprovechamos para irnos a cenar a la plaza de Djema el Fna, patrimonio de la humanidad.




3 de Enero.- Hoy las motos se quedan aparcadas en la puerta del hotel. Toca “patear” por los zocos de Marrakech y alrededores. La aventura se presentó hoy en forma de taxi. Parece que los taxistas, peatones, ciclomotores y demás conductores están perfectamente sincronizados para pasar unos junto a otros cruzándose constantemente sin tocarse. Cogimos un taxi de los grandes (mercedes antiguos) con más de 900.000Kms en el que teníamos que coger la puerta para que no se abriera en marcha. En otro taxi nos encontramos que los espejos los lleva plegados ¿para qué usarlos?



4 de Enero.- Amanece lluvioso. Tras despedirnos de nuestros amigos que se quedan un par de días más en Marrakech, nosotros emprendemos la marcha. Queremos visitar las cascadas de Ouzoud, pero de camino a las cascadas nos encontramos con la carretera cortada por el desbordamiento de un río. Algunos coches se atreven a cruzar, pero el sentido común nos hace dar media vuelta. Volvemos a una carretera nacional y seguimos dirección Arzou. La lluvia nos complica por momentos la conducción. Llegados a Arzou, sitio donde teníamos previsto pasar la noche, nos encontramos que está todo nevado y existe la posibilidad de no poder salir al día siguiente del pueblo, así que seguimos ruta hasta Meknes. Allí hacemos noche en un hotel Ibis con todas las comodidades.

Media vuelta al no poder cruzar el rio y nieve en Arzou




5 de Enero.- Parece que ayer cerraron el estrecho por temporal, así que para no sufrir más contratiempos, hoy tenemos intención de coger si es posible el último Ferry que nos lleve a Algeciras. El día acompaña y hacemos una ruta por carreteras de montaña hasta Xauen. Una de las ciudades más bonitas del Rif. Aprovechamos para darnos un paseo por sus laberínticas calles y comer en la plaza. Después tomamos rumbo a Tánger para ir con tiempo para los trámites aduaneros, que en contra de nuestro pronóstico se hacen más pesados por la gran afluencia de gente que vuelve a Europa después de sus vacaciones. Tardamos unas 2 horas en cruzar la frontera y otras dos de espera para embarcar. Ya por la noche vamos a tiro hecho al mismo hotel que estuvimos en Algeciras cuando bajamos hacia Marruecos.

Zona norte de Marruecos





6 de Enero.- Que mejor regalo de reyes que las experiencias vividas en este viaje. Hoy toca regreso a Toledo. El día ha amanecido bueno, así que volvemos por la misma ruta pintoresca por la que bajamos huyendo de las monótonas autovías.
Una vez terminada esta ruta no me queda más que planear cuando volveré por estas tierras. Me he encontrado con una tierra fascinante al igual que sus gentes.
Ya sabéis… Esta ruta ha acabado, pero el viaje continúa.